Hoy he creído verte
paseando por las calles
-vacías, inmensas-
que ya se han olvidado
de nuestros pasos.
Vislumbré
la sombra de aquello
que nunca fuimos
y lo describí como una simple ilusión.
Pero.
Contigo, siempre
pero.
Volví a encontrarte donde no estabas
si es que alguna vez
estuviste del todo.
Y te veía:
en cada una y cualquiera de las manos
entrelazadas,
en cada sonrisa cómplice,
en cada discusión y beso
y mordida
y movimiento intrascente
cercano.
No eras tú.
Pero, aún así, tampoco tengo muy claro quién era en realidad
aquel que yo creía conocer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario